Presentando a Miguel Ángel Alcalá

CERAMISTA

Cuando en una obra, en una creación, se unen la materia, la maestría, la tradición y la propia vida, es difícil que no nos deslumbre con su verdad, que no nos trasmita algo auténtico. Esa fusión sutil y excepcional de elementos nos guía en CASA LAMAR en la búsqueda de creadores y creaciones de nuestro entorno que brillan por su excelencia artesanal y por la propuesta estética que plantean, y la obra de Miguel Ángel Alcalá (Morón de la Frontera, 1965) no hace más que reafirmarnos en ese camino.

Descubrir el trabajo de Miguel Ángel Alcalá -unido umbilicalmente al Museo de la Cal de Morón- no ha hecho más que regalarnos momentos y sensaciones únicas. Su conocimiento y creatividad con una materia milenaria como la cal, el uso exquisito que hace de la técnica del estuco ya sea en mármol o yeso, su reflexión en torno a la forma y el color, nos tienen fascinados, como un niño que acaba de descubrir algo mágico.

Creatividad es trasformar lo de siempre en algo nuevo, reformular la tradición, como hace Miguel Ángel Alcalá con sus piezas (platos, jarrones o bomboneras), partiendo del conocimiento del oficio, convertirlo en una propuesta renovada, inesperada, contemporánea. Entregarse a lo próximo, a lo que la naturaleza nos regala desde antiguo - yeso, aceite de linaza, cola fuerte, pigmentos naturales- y convertirlo en obras que provocan emociones táctiles y visuales, que trasforman los espacios donde residen.

La obra de Miguel Ángel Alcalá conecta de forma orgánica lo estético y lo ético desde una conciencia donde se unen el trabajo con elementos de la naturaleza con el cuidado del medio ambiente al que pertenecen, ese espacio donde, como dice Miguel Ángel, cohesionan la tradición y lo natural, donde pasado, presente y futuro fluyen al unísono. Las piezas del Miguel Ángel Alcalá son como las creaciones que realiza su hijo en plastilina, un festival de forma y color donde el tiempo y la inocencia se encuentran, donde la creatividad solo sabe jugar, puro CASA LAMAR.