Rafaela Patino

CERÁMICA

La cerámica de Rafaela Patino empezó a concebirse hace cientos, miles de años, como se revela a través de esa arcilla que ella misma recoge a mano de los alfares lindantes con la antigua Via Augusta a su paso entre las localidades de El Puerto y Jerez. Esta arcilla se ha de moler, poner en remojo, batir, decantar, colar, amasar y luego darle forma, en un proceso en el que Rafaela reinventa una artesanía milenaria.

 «El mar y todo lo que lo rodea está presente en mis creaciones, mezclando texturas y formas, dándoles el movimiento que veo en mi mente».

Hay en las cerámicas y decoraciones de Rafaela Patino una voluntad constante de experimentación, la exploración creativa como forma de expresión de los procesos personales, de las luces y formas del entorno, de la sabiduría vital de la gente. Por eso, sus piezas están concebidas para ser únicas, irrepetibles. En cada una de ellas se produce un milagro único, una existencia exclusiva. Los cuatro elementos de la naturaleza hallan en la cerámica de Rafaela Patino una expresión cada vez única. Una pieza, un fin en sí mismo.